Por un lado trocearemos los champiñones en láminas y el pimiento, que haremos en una sartén por serparado, con un chorrito de vino blanco los primeros y con un poco de aceite el segundo.

La carne picada la pondremos al fuego con unos 150 g de salsa de tomate y las especias que nos apetezcan, en mi caso: pimienta negra, albahaca, tomillo, orégano y sal.

Cuando tanto la carne como las verduras estén listas las mezclamos bien.

Las láminas de lasaña que tengo sólo precisan estar en remojo en agua caliente un par de minutos.

Además necesitaremos la bechamel. Para su elaboración necesitaremos:

35 g de mantequilla

Unas gotas de aceite de oliva

50 g de harina

½ litro de leche

Sal fina

Nuez moscada

En primer lugar pondremos la mantequilla y el aceite al fuego medio. Cuando esté a medio derretir la mantequilla añadiremos la harina. Removeremos hasta que se haga una pelota que se despegue por completo del caldero. Calentamos la leche a punto de hervir y la iremos añadiendo poco a poco, moviendo continuamente para evitar los grumos. Una vez puesta toda la leche la dejamos a fuego lento para que espese, removiendo sólo de cuando en cuando. Es entonces cuando echaremos la nuez moscada y la sal.

Con todo ya listo, pondremos en el fondo de la fuente apta para horno, una fina capa de salsa de tomate, que cubriremos con láminas de lasaña. Luego echamos mezcla de carne, besamel, tomate y pasta, todo ello dos veces. La tercera vez que ponemos carne, la cubriremos sólo con lasaña y besamel. Tapamos la fuente con papel de aluminio y lo metemos al horno a 180º durante 25 minutos. Pasado este tiempo, la sacamos, añadimos el queso de gratinar y con función de gratinado volvemos a meterla al horno durante unos 7 minutos, pero eso dependerá del queso, del horno, de al altura en el horno.... así que mejor le vamos echando un ojo para que no se nos queme el queso.

Lo bueno de la lasaña es que podemos hacerla una vez con carne, otra vez con atún o sólo con verduras o combinando un piso de atún con dos de verdura y así "engañamos" un poco al personal que no es amante de las verduras.

Lo complicado de esta receta es la besamel que debe quedarnos cremosa y libre de grumos. Si vemos que no lo conseguimos podemos usar un colador para echarla y así que los grumos no nos estropeen el resto del trabajo, pero lo mejor es armarse de paciencia y remover y remover.