Preparación de la salsa: Primero empezamos a preparar la salsa de tomate, ponemos en una cazuela, unas 4 ó 5 cucharadas de aceite para cubrir el fondo y añadimos el ajo en laminas (no importa los trozos grandes porque luego batiremos la salsa). Cuando dore un poco añadimos las 3 cebolletas picadas y el pimiento verde y sazonaremos.

Pocharemos a fuego medio, durante aproximadamente 10 minutos, después incorporaremos el tomate triturado y añadimos media cucharadita de café de azúcar y lo mismo de sal. (El azúcar es para quitarle la acidez al tomate), echamos poca sal y si vemos después que queda soso, pues rectificamos.

Mantendremos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue durante unos 30 min. Después pasamos por la batidora, rectificamos de sal y apartamos.

Preparación de las albóndigas: En una sartén ponemos un chorrito de aceite, y la cebolleta que nos quedaba muy picada, sazonamos y pocharemos durante 10 minutos, cuando esté lista la reservamos escurriendo el aceite sobrante para que no quede grasa.

En un cuenco ponemos el vaso de leche y echamos las dos rebanadas de pan a trozos en remojo.

Después en un cuenco grande ponemos la carne picada ligeramente salpimentada, el huevo previamente batido, la cebolleta que hemos pochado y escurrido, el pan que hemos tenido en remojo escurriéndole un poco el sobrante de leche, y el pan rallado. Empezamos a remover enérgicamente hasta que quede todo bien mezclado y haremos las bolitas.

Freímos las albóndigas en abundante aceite y las escurrimos en papel absorbente, seguido las vamos incorporando a la salsa de tomate y les damos calor unos minutos para que las bolitas cojan sabor al tomate y de esta manera quedarán más jugosas.

Si cuando tenéis la masa veis que aún se queda un poco ligera para manejar, echar otro poquito de pan rallado.

A la hora de hacer las bolitas en muy práctico el tener un poco mojadas las manos, se maneja mejor la masa.

Esta es una receta que yo aprendí de mi madre y siempre nos ha gustado.