Corta el aguacate maduro tal como se explica en esta web: www.elpetitchef.com/php/doc_html/receta.php?val=170

(resumen: con un cuchillo bien afilado, corta el aguacate por la mitad, empezando por el rabito, bajando por la parte delgada a la gruesa, tocando el hueso y acabando en el rabito. Con una mano en cada mitad, gira las 2 mitades en sentidos opuestos y separarás el aguacate en 2 mitades. Con un golpe seco, clava ligeramente el filo del cuchillo en el hueso, y luego giras el cuchillo mientras aguantas el aguacate por la piel y se desprende el hueso del aguacate. Separa la carne del aguacate de la piel con una cuchara grande; normalmente se separa todo el aguacate en una pieza)

Corta el aguacate a trozos y ponlos en un bol no muy grande. Añade la cebolla picada, el cilantro picado y el zumo de lima.

Con un tenedor, empieza a machacar la mezcla con el tenedor, hasta que quede todo más o menos homogéneo.

Recorta del tomate el rabito, y exprime el tomate para que el jugo caiga sobre el bol.

Antes de cortar el tomate a trocitos pequeños, opcionalmente puedes pelarlo, pero no es necesario.

Añade el tomate picado al bol y continua machacando con el tenedor.

Añade la salsa mexicana[1] y mézclalo todo.

Si no vas a comer el guacamole ya mismo, pon el hueso del aguacate en el guacamole, cubre el bol y al refrigerador!

Sirve el guacamole directamente en el bol, junto a un bol grande con totopos ('tortilla-chips")

[1] Salsa mexicana: Dependiendo del tipo de salsa mexicana (suave, picante, muy picante) y de la cantidad que uses, el guacamole quedará más o menos picante. Si te gusta muy picante, añade gotas de tabasco al gusto.

Si se guarda el guacamole en la nevera sin el hueso del aguacate, el guacamole se vuelve marrón. Entre el hueso y el zumo de lima se limita el cambio de color del guacamole.