Se pone a calentar el horno a 180º y se lavan los pimientos por fuera. Cuando el horno esté caliente se pone un papel de horno sobre una bandeja y se ponen encima los pimientos. Se deja a 180º durante unos 45 minutos, vigilando de que no se quemen.

Una vez estén hechos se sacan del horno y se dejan templar para poder pelarlos sin quemarnos. Para pelarlos se abren de arriba a abajo y se les quita la parte superior con cuidado de no llenarlo todo de pepitas. A continuación se les da la vuelta y se les quita la piel. Debería salir fácil si está muy pegada es que tendríamos que haberlos dejado más rato en el horno. Tras pelarlos se cortan en tiras.

Para hacer las tostadas se corta la barra de pan en rojadas de 1 ó 2 cm y se ponen en la bandeja del horno en la posición más alta. Se el horno a gratinar y cuando empiece a dorarse el pan le damos la vuelta. En unos dos o tres minutos tendría que estar el pan hecho, pero ten cuidado porque con el gratinador pasa de tostado a quemado muy rápido.

Cuando el pan esté tostado se le pone un chorrito de aceite de oliva. También puedes pelar un ajo y frotarlo un poco sobre el pan tostado antes de ponerle el aceite. A continuación se añaden unas tiras de pimiento y se adereza con un poco de sal gorda y ya está listo para comer.

Los pimientos son fáciles de hacer y son además un buen acompañamiento a otras comidas, así que suelo asar varios pimientos y guardar algunos en un táper en el frigorífico.