En mi caso suelo utilizar palitos de txaka, gulas y langostinos congelados, por lo que antes de comenzar a preparar la ensalada deberemos descongelarlos.

Mientras se descongelan podemos empezar limpiando la escarola. Normalmente son bastante grandes, por lo que con un cuarto o un poco más será suficiente. A continuación partiremos la granada en cuatro trozos y sacaremos las pepitas de dos de ellos, teniendo cuidado de quitar los trozos amarillos que hay entre los granos para evitar dar un sabor amargo a la ensalada.

Cuando se hayan descongelado la txaka, las gulas y los langostinos, lo primero que haremos será cortar la txaka en trocitos pequeños y echarlos a la ensalada. A continuación, pondremos un poco de aceite a calentar en una sartén con el diente de ajo cortadito en láminas, hasta que empiecen a dorarse. Mientras pelaremos los langostinos y los cortaremos en trocitos, tras lo cual los echaremos a la sartén hasta que cojan color, momento en el cual echaremos las gulas y removeremos para que se mezclen bien los sabores. Cuando esté listo verteremos las gulas y los langostinos por encima de la ensalada, dándole el toque caliente.

Ya solo queda condimentarla con un chorrito de vinagre modena, un chorrito de aceite de oliva y una pizca de sal.

Hay muchas variaciones de esta ensalada, algunas personas prefieren la lechuga a la escarola, y otras las gambas a los langostinos. Yo prefiero la escarola porque le da un toque amargo que me gusta y los langostinos porque normalmente las gambas congeladas que venden no saben a nada, sin embargo, se pueden encontrar langostinos congelados bastante buenos en comparación.

Algunas personas suelen echar también un poco de cayena para dar un toque picante a las gulas, en mi caso lo he sustituido por la granada que le da un toque de frescor y dulzor interesante a la ensalada.